Una de las demandas que suelo encontrarme en la consulta de sexología tiene que ver con la eyaculación. Es lo que muchos llaman “eyaculación precoz”. Pero… ¿qué significa exactamente eyaculación precoz?
Precoz, significa según la RAE “prematuro”, “antes de lo habitual”. Justamente ese es el último matiz. Precoz significa que viene antes de algo que está predeterminado o esperado. Entonces ¿cuál es la eyaculación habitual o predeterminada para que podamos hablar de eyaculación precoz? Y, otra cuestión importante, ¿desde dónde empezamos a medir esa duración?
Si le preguntas a varias personas qué significa eyaculación precoz o que significaría eyaculación precoz, me van a decir todas definiciones diferentes y responderán a esas preguntas de manera distinta: algunos comenzarán a medir desde el momento en que comienza a caldearse el asunto (cuando empieza la excitación), otros desde el momento en el que aparece la penetración, unos considerarán cinco minutos poco y otros considerarán más que suficiente uno…
Incluso la “ejaculatio ante portas” (literalmente del latín, eyaculación antes de las puertas, es decir, antes de que haya penetración) era un motivo de anulación matrimonial a través de la iglesia, alegando que el matrimonio no se había llegado a “consumar”. No sé si esto seguirá estando vigente a nivel eclesiástico o legal, pero sí que se sigue utilizando en algunos ámbitos médicos como categoría.
La eyaculación precoz, realmente, depende de lo que la persona que lo vive lo problematice o lo vea como “precoz” o “negativo”. No hay un consenso y depende de cómo cada persona (e incluso los grupos profesionales) vean el momento de la eyaculación como “normal”: desde una media, desde la problematización individual o incluso desde los propios prejuicios o ideas que tenga el profesional en la cabeza.
Realmente, el mayor problema de la eyaculación precoz, si no hay problemas médicos físicos asociados, no es la duración, sino el placer. Muchas de las personas que viven en esta situación nos cuentan que, en el momento de la eyaculación, no hay orgasmo que lo acompañe o ese orgasmo no se disfruta. Al estar tan concentrados en cuestionar la duración, se pierde el foco y el placer se va.
Pero por suerte, en eso, sí que podemos trabajar y conseguir muy buenos resultados desde la sexología.
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