Si algo caracteriza al mes de enero, son los propósitos y las cuestas. Acaba el año, lleno de gastos de las navidades y nos da la sensación de que hay que volver a empezar en enero haciendo “borrón y cuenta nueva”.
La cuesta de enero es difícil de gestionar. Acabamos de pasar por un periodo lleno de gastos: regalos, comidas, amigos invisibles, desplazamientos y viajes,… un cuadro económico, en definitiva. Lo mismo ocurre con los propósitos, creemos que porque ha cambiado el año ahora todo es diferente y tendré más voluntad, más tiempo y más «de tó«, pero a la hora de la verdad lo único que ha pasado es un día más. Y a veces, todos estos gastos, pueden pasarnos más factura que la bancaria. Culpa, remordimientos, discusiones… la cuesta de enero trae muchas más cosas que nos cuesta gestionar.
Tendemos a pensar que la sexualidad es una cosa que se mantiene estática para siempre jamás y por tanto no la influyen las cosas que nos ocurren en la vida. La realidad es otra bien distinta. A nuestro sexo, que es lo que somos, le afecta lo que somos y vivimos, nuestras experiencias y estados diversos a lo largo del día, el año y la vida. Porque esos estados nos hacen cambiar y vivirnos de manera diferente.
Si lo reducimos al ámbito erótico, nos afecta exactamente lo mismo. Afecta al deseo, afecta a las cosas que nos decimos a nosotros mismos y a salir del juego. Si las preocupaciones económicas, el cansancio, la presión exigente de los propositos y las navidades en general suponen un estrés enorme en cualquier ámbito, por supuesto que van a afectarnos en el ámbito erótico también. Es como sumar dos y dos.
No hay una fórmula mágica para evitar estas preocupaciones, es algo que ocurre de vez en cuando y no hay tips o trucos universales. Lo que sí te podemos recomendar es que, si notas que hay algún cambio en este ámbito, intentes analizar las cosas a tu alrededor que te preocupan o que están cambiando antes de alarmarte, porque la clave puede estar ahí más que otra cosa.
Si esta situación, además, te ocurre en pareja, seguro que os vendrá bien apoyaros el uno en el otro para poder reconfortaros mutuamente: las preocupaciones muchas veces se aligeran compartiéndolas y, si es un problema, podeis pensar soluciones entre los dos.
Si aun así tienes dudas o te gustaría hablar con un especialista, desde Pimentón Dulce podemos ponerte en contacto con nuestra sexóloga para que lo comentes con ella.
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