Decir que lo que sentimos o lo que nos pasa es pura química sería un reduccionismo simple e inadecuado, ya que los vínculos y las emociones, aunque no se entiendan sin los neurotransmisores, las hormonas y las feromonas, no son solamente lo que segregamos y ya está. No es tan sencillo.
Es como preguntarse si fue primero el huevo o la gallina, podríamos decir. Lo uno alimenta a lo otro y viceversa. No hay consenso de si pesa uno más que otro, pero lo que sí está claro es que tanto ambiente como herencia son importantes.
En cuanto a la sexualidad, hablamos de muchas sustancias involucradas. En el enamoramiento, el orgasmo, la felicidad, el placer… dopamina, serotonina, oxitocina, feniletilamina, endorfinas… hemos oído hablar de todas en algún momento, pero ¿cómo funcionan?
Hoy vamos a hablar principalmente de dos: la feniletilamina y de la oxitocina.
La feniletilamina, el neurotransmisor ¿del amor?
Podemos enamorarnos super rápido. En cuestión de segundos. Lo que algunos llamarían “amor a primera vista” realmente tiene que ver con que, ante un estímulo concreto (nuestro enamorado/a), nuestro cerebro produce feniletilamina.
La feniletilamina, para nuestro cerebro, es como una droga. Hace que tengamos una sensación muy agradable cuando estamos con esa persona de la que estamos enamorados. Nos quedamos embobados, favorece que estemos pensando todo el día en ella, nos quita el hambre y el sueño, solo vemos lo bueno… Vamos, lo que sería un enamoramiento clásico.
Pero no estamos produciendo esto durante toda nuestra vida, sino que lo hacemos solamente durante el principio, cuando estamos conociendo a esa persona (nos corresponda o no). Después de que pase el tiempo (entre 4 meses y 4 años, ya es variable), se nos pasa. Ni rastro de la feniletilamina. Y ahí es donde empieza el amor y vemos a la persona como es.
La oxitocina, la otra vieja conocida
Seguro que te suena si has tenido hijos o estás entrada en el tema, que se habla de la oxitocina como “lo que te ponen para dilatar”. Así me lo han descrito muchas madres cuando pasan por mi consulta.
La oxitocina es una hormona que producimos de manera natural y que afecta al músculo liso del útero, provocando contracciones. Pero no solamente cuando hablamos de parto. El útero se contrae en muchas otras ocasiones y también la oxitocina tiene algo que decir ahí.
Por ejemplo, cuando tenemos la regla, para ayudar a que la sangre y los tejidos salgan de útero. O cuando llegamos al orgasmo, las paredes del útero se contraen también en ese momento debido a la oxitocina. También parece que está relacionada con el proceso de la excitación tanto en hombres como en mujeres y con la creación de vínculos eróticos, que darían lugar a las parejas.
Así que la oxitocina está íntimamente relacionada con muchos momentos ligados a nuestra sexualidad.
Estas son solo unas pinceladitas de todas las cosas que podrían decirse. Otro día hablaremos de la dopamina, de la serotonina, de las endorfinas y de muchas más sustancias para que nos entendamos mejor. Estas sustancias, por sí solas, no crean vínculos ni “amor”. No nos olvidemos de que el ambiente y la biología son inseparables, por mucho que aquí nos estemos centrando solamente en desgranar una parte biológica y, en concreto, química.
Recomendaciones:
Como recomendación básica cuando hablamos de cómo funcionamos neurológicamente al hablar de cosas relacionadas con los sentimientos, estaría «El cerebro erótico» de Adolf Tobeña, que puedes encontrar en nuestra web, y también su artículo para el Anuario de Sexólogía de la AEPS de 2009, «El cerebro amoroso«.
Si quieres acercarte de manera más cercana a estos temas y muchos otros relacionados con la sexología, te recomiendo «Sexorum scientia vulgata» de Joserra Landarroitajauregi, donde de manera muy amena explica cuestiones básicas de sexología en una recopilación de artículos.
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