Hace unos días fue San Valentín, ese día maravilloso en el que reina el amor y todo se llena de corazones y flores.
A pesar de no tener absolutamente nada en contra de los días que celebren el amor (¡faltaría más!), sí que creo que hay que hacerse ciertas preguntas al respecto. ¿Qué es el amor? Y, sobre todo, ¿de qué hablamos cuando hablamos de amor?
Cuando hablamos de amor a veces se nos olvida que no hay una única forma de vivirlo ni sentirlo, y que muchas veces no nos damos cuenta de que nuestra manera no es la única que existe y es válida. También se nos suele olvidar, sobre todo el días como el 14 de febrero, que el amor no solo va dirigido a las parejas. También amamos a nuestros amigos, a nuestra familia, a nuestras mascotas… Y, en cuanto a parejas y formatos, también podemos amar a muchas personas a la vez.
Cuando hablamos de parejas, solemos tener en la mente un “modelo ideal” que es el más extendido y aceptado socialmente. El que aparece en prácticamente todas las representaciones sociales: pareja monógama, generalmente cis y heterosexual – aunque poco a poco vamos cambiando esta idea y hay más representación en medios, ¡menos mal, ya era hora! –, que se conoce, se enamora, convive, se casa, tiene hijos, están juntos para siempre…
¿Y qué ocurre cuando alguien sale de esta idea? ¿Qué pasa si alguien, en cualquier aspecto, decide que quiere un formato de pareja diferente? Que igual quieren probar otros límites y acuerdos, abrir la relación o tener una relación poliamorosa, por ejemplo. O quizás, que no quieren tener hijos o convivir. Incluso a veces, parejas que se aman y funcionan, sin que haya habido enamoramiento inicial.
Hay tantos formatos como personas y parejas, solo hay que buscar el que encaja con nosotros y respetar que no todas las personas van a seguir el mismo que nosotros prefiramos. Aunque cueste por tener esas ideas románticas metidas entre ceja y ceja desde que somos pequeños.
Así que, el próximo San Valentín, celebremos el amor. Todo el amor, en todos los formatos y sentires varios y diversos. Porque, ya que nadie tiene la verdad en estos temas, solo la diversidad nos hará libres.
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