Un año más llega el orgullo LGTB+ y desde Pimentón Dulce queremos hacer las reivindicaciones necesarias para poder llegar a una igualdad real de derechos y dejar de lado toda la homofobia, bifobia y transfobia que existe aun en nuestra sociedad.
Aunque se haya avanzado mucho en ciertos aspectos, uno en el que quizá nos cueste un poco más es la parte sutil de esos problemas sociales. Es decir, hablar de homofobia y bifobia sutil e interiorizadas.
Cuando hablamos de estos conceptos, hablamos de un rechazo de la sexualidad propia (y ajena en ocasiones), pero que cuesta mucho más ver en sociedad porque es sutil y «va por dentro». Tiene que ver con los estereotipos, con esa imagen que se nos ha vendido de estas realidades de orientaciones e identidades más que con la realidad de cómo son las mismas.
Podríamos decir que la homofobia interiorizada es a la homofobia a secas, lo que los micromachismos al machismo. Formas más sutiles del mismo problema y que además parten desde el propio colectivo, a raíz de las ideas y experiencias, reproduciéndolos sin darse cuenta justo por esa sutileza, entre miembros de la comunidad LGTB+.
Hablamos de homofobia o bifobia interiorizada cuando siento miedo, asco, vergüenza o culpa por vivir mi orientación con libertad o de forma pública y me cuesta asumir mi propia sexualidad o aspectos de ella, como gustos, expresiones o fiestas relacionadas con el colectivo.
La homofobia y bifobia interiorizadas son difíciles de trabajar porque son difíciles de ver, porque están presente desde nuestro aprendizaje social de qué cosas son deseables o esperables y cuales no, pero al final se basan en los mismos estereotipos que hemos estado viendo y reproduciendo a lo largo de toda la vida, que al aprenderlos e interiorizarlos, a veces aparecen por nuestra mente o en nuestra manera de hacer las cosas automática. Aun así, con el acompañamiento adecuado
Es muy común, sobre todo, entre personas que han vivido en ambientes muy reprimidos o que han tenido experiencias traumáticas o dolorosas a raíz de su orientación o identidad, porque esas ideas estarán aún más arraigadas y por eso serán más difíciles de combatir y superar, pero es fundamental para poder vivir nuestra sexualidad de manera plena y sana.
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