Si algo nos preocupa desde Pimentón Dulce, es dejar bien claro que la sexualidad es algo amplio y que los libros y la divulgación tienen un papel importantísimo en ello. Así que, ¿cómo no íbamos a dedicar unas palabras por el día del libro?
Este año, en lugar de centrarnos en la parte divulgativa, queremos hablar de novela erótica y hacer una mención especial a una saga que, sin ser de lejos la mejor, fue una que nos ayudó mucho a acercar este genero literario al publico general. Sí, estamos hablando de 50 sombras de Grey.
50 Sombras de Grey es un libro con muchas más sombras que luces, como su propio nombre indica, y no nos referimos solo a la temática sino también a la recepción en el público. A pesar de convertirse en su momento en un super ventas, recibió muchas criticas (fundadas) desde muchos ámbitos: calidad de la escritura, el origen de la historia, mala imagen e incorrecta de lo que es el BDSM… pero hoy no queremos centrarnos en eso (ya que necesitaríamos varios posts para ello), sino en el fenómeno que se creó entorno a la historia.
Historias y novelas eróticas ha habido siempre. Pero parece que para hablar de ellas había que pasar por el filtro del romance aunque sin llegar a mezclar lo uno con lo otro. Recuerda cuando hablábamos de Corin Tellado, que tenía su propio alter ego literario para escribir este tipo de novelas, Ada Miller, ya el siglo pasado.
Cuando 50 sombras apareció en escena en 2011, fue todo un descubrimiento. No para las personas que ya consumían novela erótica, sino para un montón de mujeres que no se acercaban o no veían ese tipo de novelas como algo que leer. De repente, veías mujeres de todas partes que tenían ese libro bajo el brazo. En el bus, en el metro, en el trabajo… Y lo leían y lo comentaban con sus amigas o con quien fuera.
Un montón de mujeres que creían que no había historias eróticas que les fuese a gustar, ya que la imagen que tenían era más relacionada con el porno, habían encontrado un libro, escrito por una mujer como ellas, sin mucha parafernalia, y que hacía que sus deseos despertasen. ¡Un descubrimiento!
Digamos, que le pasó un poco lo mismo que al satisfyer en la juguetería: ni muchísimo menos es el mejor ni es para todo el mundo, pero hizo que un montón de mujeres explorasen su sexualidad en masa.
Solo por eso, había que dedicarle unas palabras en un día como hoy, aún con todas sus muchas (muchísimas) carencias.
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