Tal vez te has dado cuenta de que en nuestra web, no llamamos a los juguetes consoladores, y eso tiene una explicación. Una muy buena, además.
Consolador viene de consolar, que según la R.A.E. significa lo siguiente:
Consolar.- Aliviar la pena o aflicción de alguien.
Partiendo de esa base, vamos a ver… Aquí hay un error de concepto ENORME. No son consoladores porque principalmente no alivian pena o aflicción ninguna, sino que lo que hacen es proporcionar placer, son complementos que ayudan al goce propio o compartido.
Historia: ¿por qué consolador?
No creáis que esto es algo de ahora. Llamar a los juguetes consoladores de manera errónea es algo que llevamos arrastrando desde hace unos cuantos siglos.
Al igual que el porno, la el autoplacer existe desde que existe el hombre, y siempre ha habido ciertos dispositivos – más o menos sofisticados – que se utilizaban para producir placer o sensaciones diferentes. Por ejemplo, Cleopatra parece ser que metía abejas en una caja con forma alargada para reproducir la vibración y luego lo utilizaba para masturbarse.
Una de las cosas que más me llamaron la atención cuando cursé psicología fue cuando nos contaron la historia de la histeria. En la antigua Grecia, considerban que el útero de las mujeres migraba a lo largo del cuerpo produciendo enfermedades hayá donde se «anclase», y lo llamaban hysteria, ya que hysteros en griego significa útero. A día de hoy, utilizamos el término en palabras como histerectomía (extracción del útero).
En el siglo XIX, se seguía utilizando el término histeria como cajón de sastre para explicar infinidad de síntomas: dolores de cabeza, desmayos, insomnio, espasmos,… y así hasta más de 75 páginas de síntomas de toda clase. Vamos, que se invisibilizaba cualquier malestar que una mujer pudiera tener y la explicación médica que se daba era la falta de orgasmos o el deseo sexual reprimido. Para ello, los doctores victorianos proponían o bien lavados vaginales o lo que se conocía como paroxismo histérico, es decir, un «masaje». Vamos, un orgasmo.
En primer momento, masturbaban a las mujeres en las consultas. Pero eso se consideraba algo sucio, los genitales femeninos (se consideraba que) no estaban diseñados para el placer. Por ello se fueron creando dispositivos para que pudieran hacerlo ellas solas y «consolarse», dar alivio a su histeria.
Conclusión: nada de consoladores.
Así que, en resumen… NO. No se llaman consoladores.
Se llaman dildos, vibradores, juguetes eróticos, succionadores, complementos, cosméticos… pero, en ningún caso consoladores, porque no se utilizan para consolar nada ni a nadie. Se utilizan para dar y fomentar el placer. Y si los llamas así, planteate que es como si siguieras a mediados del siglo XIX en lugar de a principios del siglo XXI.
Y tú, ¿cómo los llamas?
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